La experiencia es una palabra que permite resaltar la considerable calidad que convierte a un individuo en merecedor de una estima y aprecio elevados.
La noción de experiencia, por lo tanto, se relaciona a la idea de perfección y a las características sobresalientes. El término señala aquello que está por encima del resto y que posee escasas falencias o puntos débiles; en el mundo del consumo, puede tratarse de un producto de calidad probada o innovador.
En el caso de los seres humanos, la experiencia hace mención a alguna capacidad o habilidad fuera de lo común.
En nuestro caso gracias a la basta experiencia y formación profesional, es que podemos ofrecer la mejor opción en cuanto a calidad de servicio en su casa.
Recuerda que la OMS define a la salud como: Estado de completo bienestar físico, mental y social; y no solamente la ausencia de enfermedad. El trato de personas enfermas no debe ser solo profesional, sino tambien acompañado de calidad, calidez y comprencion tanto hacia el paciente como a su entorno.
La salud es uno de los campos en los que últimamente se está buscando con mayor decisión trabajar en calidad del servicio. Tanto en el ámbito público como privado se están haciendo esfuerzos y desarrollos para mejorar la calidad, pero a veces esos esfuerzos no se orientan en la dirección adecuada.
Por algo es que la palabra calidez aparece con mayor frecuencia asociada a los servicios de salud que a otro tipo de servicios. Es que se está comprendiendo que la calidez es un aspecto muy importante para alcanzar la satisfacción de los pacientes. El testimonio que voy a mostrarte refleja esta realidad.
Se trata de la experiencia vivida por un deportista que, a causa de un accidente, tuvo que realizar una larga y penosa rehabilitación para recuperar la movilidad de sus piernas.
Tuvo la “suerte” de acceder a uno de los centros de rehabilitación mejor equipados y de mayor renombre de su país. Sin embargo, su relato revela que este centro de rehabilitación tenía todo para prestar un servicio de excelencia, pero fallaba en la orientación al paciente, a sus necesidades reales, muy relacionadas con este aspecto de calidez en el servicio.
Transcribo a continuación un párrafo del libro “Después del abismo”, donde él cuenta su propia experiencia:
“Considero que cualquier clínica sanitaria tiene que estar, con todas las velas desplegadas, como con viento de popa… ayudando al enfermo a avanzar, en la rehabilitación. Animándolo a no renunciar…, a no bajar los brazos, a no dejar de luchar… Acompañando, alentando, sosteniendo, estimulando a los pacientes que se fatigan, se desesperan o se agobian